Crítica de ‘Despierta la furia’: Guy Ritchie y Jason Statham, de vuelta al gimnasio
«El argumento no es lineal y mezcla con un atractivo montaje los tiempos de la trama, de tal modo que el espectador va construyendo el puzzle»

El director Guy Ritchie y el actor ‘de reparto’ Jason Statham han trabajado juntos en varias películas, todas ellas llenas de músculos y de un humor con uña larga (' Snatch. Cerdos y diamantes ’ es la más afortunada), y se reúnen ahora en esta que podría parecer más de lo mismo si no fuera realmente otra cosa. Tal y como amenaza el título, es una película de acción, un thriller de puño apretado durante cada uno de los minutos de las dos horas que dura, y que no renuncia a ninguno de los arquetipos del género, sino que son lijados con esmero para que la narración fluya sin tropiezos.
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El argumento no es lineal y mezcla con un atractivo montaje los tiempos de la trama, de tal modo que el espectador va construyendo el puzzle en su cabeza según le llueve la información entre ‘flashbacks’ y escenas paralelas. A pesar del ‘desorden’ narrativo, de su ‘atarantinamiento’, no hay el menor problema en seguir la historia (maneja bien lo convencional de ella, desde la traición o la venganza, a los tipos y clichés de los personajes) y las escenas de acción son espectaculares y originales.
Ficha completa
El acoplamiento de trama y montaje, el ímpetu de las secuencias de acción y unos diálogos bien trabajados y que dignifican la habitual simpleza del género convierten a ‘Despierta la furia’ en una pieza especial y que no depende exclusivamente de lo convencional de su trama. En cuanto a la interpretación de Statham, pues fiel a sus lemas: poco texto, poco gesto y el que da primero da dos veces.
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