El cierre del Pabellón de Israel torpedea la 60 Bienal de Venecia
La artista Ruth Patir y las comisarias no abrirán sus puertas hasta que haya un alto el fuego en Gaza y se libere a los rehenes
Un Papa visitará la Bienal de Venecia por vez primera en su historia
Se veía venir. Estaba muy caldeado el ambiente en las semanas previas a la apertura de la 60 Bienal de Venecia y al final la gran cita artística ha quedado dinamitada: el Pabellón de Israel no abrirá sus puertas hasta que no haya un alto el fuego en Gaza y se libere a los rehenes. Sin embargo, su fachada blanca era ayer la más retratada por fotógrafos, periodistas y profesionales del sector.
Un mes después de que el comité de selección eligiera a la artista Ruth Patir para el pabellón israelí en la 60 Bienal de Venecia, Hamás asesinó a 1.200 personas y tomó como rehenes a 240. Según publicaba 'The Art Newspaper', durante las dos semanas posteriores al 7 de octubre, «estuvimos paralizados, congelados por el miedo y la conmoción», decía Mira Lapidot, conservadora jefe del Museo de Arte de Tel Aviv y co-comisaria del pabellón, junto con Tamar Margalit. «Pero luego decidimos que teníamos que seguir adelante», añadía Lapidot. «El arte no es un lujo, aunque a veces lo parezca en tiempos de guerra y horror. Es fundamental para fomentar el entendimiento entre las personas».
El Pabellón israelí de la Bienal fue objeto de numerosas protestas de activistas propalestinos para boicotearlo. Además, una carta abierta firmada por miles de artistas (entre ellos, Nan Goldin) y trabajadores del mundo de la cultura pedía la exclusión de Israel de esta cita. La carta fue publicada a finales de febrero por un grupo llamado Art Not Genocide Alliance. El ministro de Cultura de Italia, Gennaro Sangiuliano, manifestó que «Israel no sólo tiene el derecho de expresar su arte, sino que tiene el deber de dar testimonio a su pueblo precisamente en un momento como este en el que ha sido atacado a sangre fría por terroristas despiadados». La Bienal dijo en un comunicado que «todos los países reconocidos por la República Italiana pueden solicitar participar de forma autónoma» y que no atenderá «ninguna petición para excluir la participación de Israel o Irán».
Sin embargo, Ruth Patir y las dos comisarias del Pabellón de Israel de la Bienal de Venecia, y pese a que el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí había confirmado que habría seguridad adicional en el pabellón, han dado marcha atrás y el pabellón permanece cerrado. En la puerta hay colgado un cartel en el que se dice que «la artista y las comisarias del Pabellón israelí abrirán la exposición cuando se alcance un acuerdo de alto el fuego y la liberación de los rehenes». Su proyecto '(M)otherland' se encuentra bajo llave. «Nosotras (Tamar, Mira y yo) nos hemos convertido en noticia, no en arte. Y si me regalan una etapa tan destacable, quiero hacerla valer», dijo Patir en un comunicado en Instagram. «Me opongo firmemente al boicot cultural, pero como siento que no hay respuestas correctas y sólo puedo hacer lo que puedo con el espacio que tengo, prefiero alzar la voz junto a aquellos con quienes estoy en su grito: alto el fuego ahora, sacad al pueblo del cautiverio. No podemos soportarlo más».
Palestina no tiene pabellón, pues Italia no la reconoce como estado soberano. Algunos pabellones nacionales de la Bienal exhibieron carteles apoyando a Palestina: «El Pabellón de Palestina: ¿Cuál es el futuro del arte? Un manifiesto contra el estado del mundo».
Adriano Pedrosa, comisario de la 60 Bienal de Venecia
Otro de los frentes abiertos en el mundo es la Guerra en Ucrania. Por segunda vez consecutiva en la Bienal de Venecia, Rusia no participa. Este año ha cedido su pabellón a Bolivia. Sí está presente Ucrania, con 'Net Making', que incluye proyectos de artistas como Katya Buchatska, Andrii Dostliev y Lia Dostlieva, Daniil Revkovskyi y Andrii Rachynskyi, Oleksandr Burlaka... Se trata de una exposición colectiva que se inspira en la práctica del tejido colectivo de redes de camuflaje como metáfora de acciones comunitarias. «Pensamos en una metáfora que reflejara la Ucrania de hoy. Los ucranianos se están uniendo: salen a la calle, se presentan como voluntarios para luchar y se reúnen para tejer redes de camuflaje y otras acciones solidarias. Tejer redes es un proceso que abarca algo más que fabricar una red para ayudar al ejército. Es el reconocimiento de una acción conjunta beneficiosa para el país», comentan las comisarias, Viktoria Bavykina y Max Gorbatskyi.
Taiwán está presente con 'Everyday War', de Yuan Goang-Ming. Un vídeo en el que el artista imagina la ansiedad provocada por un ataque devastador en su propia casa. El país vive bajo una creciente presión militar, económica y diplomática por parte de China.
Obra de Victor Fotso Nyie en el pabellón central de la Bienal de Venecia
La 60 Bienal de Venecia abre sus puertas del 20 de abril al 24 de noviembre. En esta edición han sido reconocidas con el León de Oro Anna Maria Maiolino y Nil Yalter. El brasileño Adriano Pedrosa es el comisario de la cita (primer iberoamericano en hacerlo). Su propuesta para la exposición central, 'Extranjeros en todas partes', en la que da voz a exiliados, inmigrantes, marginados... Tendrá cabida el arte 'queer' (él se identifica como un hombre 'queer'), los indígenas y los 'outsiders'. A través de la obra de 330 artistas y colectivos, el gran protagonista será el Sur Global. El célebre artista anglo-indio Anish Kapoor ha criticado el título del proyecto por «evocar el neofascismo. Es un peligroso eslogan que refuerza la postura antiinmigratoria del Gobierno italiano».
La descolonización centrará el Pabellón de España con un proyecto de Sandra Gamarra, comisariado por Agustín Pérez Rubio, que hoy se presentará a la prensa. Se convertirá durante siete meses en una 'Pinacoteca migrante', nombre con que ha sido bautizado el proyecto. El pabellón se vestirá de museo histórico de arte occidental, que muestra «las narrativas que han sido históricamente silenciadas» y asume asuntos como el racismo, la migración, las cuestiones de género... Su propuesta, subvertir la jerarquía hegemónica de Occidente: «Una institucionalidad más accesible, diversa, sostenible y democrática». «Es hora de mirar a otras culturas», advierte la artista.
Su pinacoteca imaginaria consta de cinco salas y un espacio central, 'Jardín migrante', al final del recorrido. Tres salas correspondientes a géneros tradicionales de la Historia del Arte (paisaje, bodegón y retrato) y dos gabinetes de ciencia, botánica o antropología acogen un centenar de cuadros de las colecciones del Patrimonio español, desde el Imperio hasta la Ilustración, repartidos por todo el país. No serán los cuadros reales, sino las versiones realizadas por esta pintora, que deja muy claro que es «española, occidental». Deja claro que no es la visión de una artista latinoamericana, ni indígena. Los 'tuneó' cortando, enmascarando, enfocando detalles con collages, publicaciones de prensa, frases de pensadores, sociólogos, antropólogos, historiadores del arte...
No estará exento de polémica el Pabellón del Vaticano, situado en una cárcel de mujeres en la isla de la Giudecca, que incluirá, entre otros artistas a Maurizio Cattelan, autor de una pieza en la que un meteorito alcanza a Juan Pablo II. Está prevista la visita del Papa Francisco el 28 de abril.
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